domingo, 13 de diciembre de 2020

INMACULADA CONCEPCIÓN. Francisco Zurbarán (1.628-1.630).


ELEMENTOS SIMBÓLICOS QUE APARECEN EN EL CUADRO.

EL TEMA:
   La Virgen se presenta ante el espectador en actitud orante. Está coronada con doce estrellas y cabezas de ángeles.
   El sol se sitúa detrás de ella, de la que parece irradiar la luz que ilumina todo el fondo.
   La luna, transparente, está representada con las puntas hacia abajo.
  A ambos lados de la figura, entre nubes, están representados algunos de los símbolos de las letanías marianas: Escala de Jacob, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Espejo sin mancha, Torre de marfil.
   En el paisaje de la parte baja de la escena, Zurbarán aprovecha para recrear la ciudad de Sevilla, convertida en Ciudad de Dios, en la que destaca la Torre de David; al otro de la escena representa el agua y una carabela, alusión al socorro de los navegantes y una palmera.

LA ICONOGRAFÍA:
   Las fuentes de la representación de esta imagen de la Inmaculada Concepción son el Cantar de los Cantares y el Apocalipsis de San Juan.
   Las metáforas bíblicas fueron popularizadas por lasw letanías lauretanas, y aparecen a su alrededor, en alusión a ls virtudes de la Virgen María.


ROSTRO DE LA VIRGEN: Perfección clásica, síntesis entre realismo e idealismo. 

VESTIDO BLANCO: Color por excelencia mariano, símbolo de la pureza o limpieza del pecado original.

MANTO AZUL: Color por excelencia mariano, símbolo de la eternidad, símbolo del cielo.

MEDIA LUNA: En contraposición al Sol, la Luna simboliza la divinidad femenina y la fertilidad. Colocada bajo los pies de la Virgen, hay quien ha querido ver el triunfo del cristianismo sobre el islamismo (representado por una media Luna), pero esta idea se aleja del más puro significado teológico.

CORONA CON 12 ESTRELLAS: La estrella hace referencia a la estrella de David y el número 12 nos habla de muchos pasajes y momentos bíblicos: tribus de Israel, Apóstoles, 12 puertas de Jerusalén, 12 piedras preciosas, 12 perlas, 12 piedras tomadas en el río Jordán… Es el número de la perfección eterna.

ESPEJO: En algunas representaciones marianas aparece un espejo porque significa que María Dios se reflejo y se reprodujo. Y en Ella los fieles han de mirarse y tenerla de modelo para alcanzar, o por lo menos aproximarse, a como fue la Madre de Dios.

LA PALMERA: Aparece citada en el “Eclesiástico”(24.14) como elogio de la
Sabiduría. Los árboles siempre verdes y con vida proporcionan un toque de esperanza de salvación. La liturgia aplica este pasaje a la Virgen María y así, encontramos la palmera en el repertorio iconográfico en torno a la Inmaculada.
Para los discípulos y amadores de Jesús la palmera es el símbolo de la entrada triunfal en Jerusalén.
Fue una especie que siempre estuvo presente en el paraíso, un árbol de tierras cálidas que se encontraba también en el camino de salida del paraíso, un árbol habitual en el tema de la expulsión de Adán y Eva. La palmera fue símbolo de la justicia desde los inicios de la iconografía cristiana y tanto su imagen arbórea como su rama están presentes en temas que requieren la concepción o demostración.
Es un planta que proyecta a la perfección la asociación de dos principios geométricos de demostración fundamental: la línea de su tronco y el círculo de sus ramas o frutos.
En ocasiones la planta resulta áspera y rugosa en su tronco, y se guarnece de espinas, como la justicia cuando tiene que aplicar un castigo. La palmera, como esta virtud, no puede perder su follaje, pues perdería su perfección. Si la justicia necesita beber de la fuente espiritual de las Divinas Escrituras, la palmera necesita brotar próxima a un curso de agua. 

 

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