11 de Septiembre.
El Decreto de virtudes heroicas le llama "el Santo de la vida ordinaria". Cifró la santidad en cumplir a la perfección su obligación. Por ello veneramos en el H. Gárate al santo de la vida profesional. Es un profesional santo. Un santo profesional. Hizo lo ordinario extraordinariamente bien. No tuvo heroicidades específicas, ni actos heroicos deslumbrantes. Esto recuerda lo que en El Divino Impaciente, de Pemán, aconseja Ignacio a Javier: "No hay virtud mas eminente que el hacer sencillamente lo que tenemos que hacer".
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